DIANA BELLESSI

Have You Measured the Time of Your Heart?: Four Poems from Three Books

Translated from the Spanish by Anna Deeny Morales.


Leyendo un poema de Li Ch’ing-Chao

Despierto
y el pequeño bote, a cuya proa
la Serpiente del Poder
navega,
ciega e inmóvil, me conduce
al mar de arena. Un sol nos derrite mientras vuela
el pájaro de las rocas
y soberbia
cruza su sombra
sobre la fresca fuente de nuestras manos.
Se desliza la seda.
Por un largo camino
más allá del crepúsculo
van nuestros rostros enlazados.

(De Tributo del mudo, 1982)

Reading a Poem by Li Ch’ing-Chao

I awake
and the small boat, whose bow
the Serpent of Power
helms,
blind and still, ushers me
to the sand sea. A sun melts us
as the bird
glides from the rocks
and proud
traverses her own shadow
over the fresh fountain of our hands.
The silk slips.
For a long way
beyond twilight
our faces go on entwined.

(From The Mute’s Tribute, 1982)

Una

Amazona

Pieles de sedoso tacto
y cuero endurecido
en el humo otoñal
de las hogueras

Pectoral de fuego

huesos y músculos
modelados
en la lucha cuerpo a cuerpo

Hombros apaisados
que conocen
el círculo del arco
y la flecha

Pájaro que cae
Presa
o enemigo a tierra
Cuerpo devorado por el sueño
Leche y sangre
Sueño hostil y violento
galopando la noche ancestral
la yegua

Amazona

Tambores
batidos por el golpe
seco
de los pies sobre la arena

Muslo
Relámpago tatuado
Certera zarpa
de los tigres

Serpiente
que desciende
al centro de la tierra
y una luna de agua
quemada
en mitad del templo

La cacería empieza

Halcón de ópalo dorado
sobrevuela su cabeza

Ella danza

la antigua travesía

de los vivos y los
muertos:

Caravana
Sed en el desierto
Una niebla de oro azotando
los espejos de agua

Viento de la meseta
Magra carne salada
y el ojo puesto
en los contrafuertes de la montaña

Hielo y nieve
Vuelo y presa
Cóndor ritual
donde sólo sobreviven
la voluntad y la piedra

Descenso

Negros los acantilados
y de sal el aire

Pájaro de ébano

Cormorán y jurel plateado
Aire y Agua alzándose
en murallas
de disolución perpetua

Ivimarae’i:
Tierra sin Mal, ¿adónde?

Adónde visión eterna
arena del licor y de la danza
llanto profético adónde

maloca de los pueblos consagrados
al éxtasis y la caza?

Hermoso
en agilidad y destreza

enemigo mayor
el mar devora
y dispersa
en un collar de islas
el cuerpo de la Amazona

Afán de oro y plata
Matanza
Cadáveres pudriéndose
en lenta agonía de los sueños

Su alma su máscara
retorna

Delicada sombra
en el bosque natal

Sauces y ligustros
en apretado abrazo

Manchón de lirios

Azulejo y tucán

Ciervo de los pantanos

Último paso de la danza

Ivimarae’i:

Halcón de ópalo dorado
sobrevuela su cabeza

Baila

(De Danzante de doble máscara, 1985)

One

Amazon

Silken pelts
and hardened leather
in the autumnal haze
of the bonfires

Chest of flames

bones and muscles modelled
in the body to body struggle

Landscaped shoulders that know
that circle of bow
and arrow

Bird that falls
Trapped
or enemy down
Body devoured by the dream
Milk and blood
Hostile and violent dream
the ancestral night galloping
the mare

Amazon

Drums
jolted by the dry
blow
of feet on sand

Thigh
Tattooed lightning bolt
Accurate claw
of the tigers

Serpent
that descends
to the center of earth
and a water moon
burned
halfway through the temple

The hunt begins

Golden opal falcon
soars over her head

She the dance

the ancient crossing

of the living and the
dead:

Caravan
Thirst in the desert
A golden mist
lashing
the glass waters

Plateau wind
Lean salted flesh
and the eye set
on the mountain buttresses

Ice and snow
Flight and prey
Condor ritual
where what survives
is will and stone

Descent

Black cliffs
and of salt the air

Ebony bird

Cormorant and silver mackerel
Air and Water lifting itself
in walls
of endless dissolution

Ivimarae'i:
Earth without Sin, where?

Where then eternal vision
sand of liquor and dance
prophetic lament where

maloca of the villages consecrated
to the extasy and hunt?

Exquisite
in agility and dexterity

formidable enemy
the sea devours
and disperses
in a necklace of islands
the Amazon’s body

Greed for gold and silver
Slaughter
Decaying cadavers
in the drawn-out agony of dreams

Her soul her mask
comes back

Delicate shadow
in the natal jungle

Willows and privets
in close fold

Patch of irises

Cornflower and toucan

Wetlands deer

Last step of the dance

Ivimarae’i:

Golden opal falcon
soars over her head

She dances

(From The Dancer of the Double Mask, 1985)

Kenti Tujtán. . .

Kenti Tujtán
Pinda Omogha Taiyin
Mainó Mainumbí

Esmeralda Esmeraldita
¡lanza relámpagos Colibrí!

Oh Kiepja no me dejes . . .

Oh Kiepja no me dejes
sentar en hain equivocado

¿Albedrío de la muerte?
No. Si sabemos recordar
y honrar algo. Si buscamos
la infinitud donde podamos
hallarla: en el cuidado
Cuidado de lo otro y poder
no de poseer, de dejarse
ir

Kenti Tujtán . . .

Kenti Tujtán
Pinda Omogha
Taiyin Mainó Mainumbí

Emerald little Emerald
Let loose lightning Hummingbird!

Oh Kiepja Do Not Let Me . . .

Oh Kiepja do not let me
sit on the unintended hain

Will of death?
No. If it is in us to remember
and honor something. If we seek
infinitude where she may be
found: in carefulness
Carefulness with what is other and power
not to possess, to let oneself
go

¿Has medido el tiempo de tu corazón?. . .

¿Has medido el tiempo de tu corazón?
Esa rosa inmensurable que se pierde
cada día por ausencia de mirada
por dejarla, denegada y ganar el
tiempo: escoria que lo pierde. Misterio
renovado llena la fuente al instante
que rebosa, de la rosa nuevamente
la conciencia. ¿Has medido el tiempo de
tu corazón? Cuando el benteveo en su
esplendor de siena y amarillo posa
sus patas sobre la rama de aguacate
y aletea: la escena es una ofrenda
de naturaleza viva en el minúsculo
artificio de la casa ciudadana
Lo que no es propio ni es ajeno: por música
se revela regulado el corazón
como rosa infinita a la conciencia

Es lo que persiste aunque no lo miremos
y aparece con el signo de lo eterno
Gracia inaudita vive en ti un poco menos
quizás, que en el resto de las cosas vivas
y un poco más, en la dicha de nombrarlas

Oh Señora, la sabiduría es tonta
Acrisolado y hondo ojo del benteveo
que llega al patio para comer la fruta
borravino de la lantana. ¿Hubiera
podido salvar a la lombriz que observo
agonizar en el pico de su dueño?
Goce terrible de la necesidad
suspende mi mirada, y lo contempla

No tocar es hábito contra natura
de mi especie. Llevarme qué: una víscera
espejeada del Osorno para muestra
en los cuartos de la casa. Cuando la
así en mis manos quemaba. Ella habló
y fue la voz de los repliegues de toda
la cordillera. Traté de abandonarla
y no pude. Me acerqué a la boca del
cráter temblando con esa piedra. ¿Has
visto la boca de un cráter? La hondura
negra se ofrece ornada de helecho y musgo
donde los pájaros se posan. Edén
irresistible del retorno. A mí
o a la piedra a quien deseé lanzar, reparo de
aquel desgajamiento? ¡No!, gritó, aún
no es tiempo y lo hecho, hecho está. Suave luz
de la tarde en las cordilleras del sur
un mundo sin nombre para lo propio y
tatuado por los nombres de lo ajeno
Qué pavor me tocó en ese instante no
lo sé. ¿O fuera lo buscado, aquello
que me hizo ir?: voz de la piedra viva

desgajada por volverse signo de
esa belleza integrada del torrente
azul y verde: saltos del Petrohué

Oh Señora, la sabiduría es tonta
y nada pierde ni gana el corazón
No hay conquista de la tierra si a la tierra
solos, como un alma a solas se retorna
Con la magia de los antiguos marco
un altar. Piedras del sur, y piedras del norte,
piedras que hablan de las laderas o bajo

el agua. Caminar la tierra y tocarla
Mahatma Kiepja gran alma, he aquí tu herencia

(De Sur, 1998)

Have You Measured the Time of Your Heart? . . .

Have you measured the time of your heart?
That unfathomable rose that gets lost each
day due to the absence of a gaze
due to being left, refused and to win
time: human waste that loses it. Mystery
renewed fills the fountain in the brimming
instant, of the rose once again
consciousness. Have you measured the time
of your heart? When the kiskadee in its
yellow and sienna splendor places
its feet on the avocado branch and
flutters: the scene is an offering
of nature alive in the minuscule
artifice of the city home
What is neither one’s own nor other: through music
the heart shows itself regulated
like an infinite rose to consciousness

It is what persists even though we do not look at it
and appears with the sign of what is eternal
Unheard grace lives in you a little less
perhaps, than in all other living things
and a little more, in the joy of naming them

Oh Lady, wisdom is dumb
Refined and deep eye of the kiskadee
that arrives to the patio to eat the wine-red
lantana fruit. Could I have saved the worm
I observe agonize in the beak of its owner?
The awful pleasure of need suspends
my gaze, and contemplates it
To not touch is a habit against the nature
of my species. Take what: a dazzling
entrail from the Osorno for show
through house rooms. When it
like this in my hands burned. She spoke
and hers was the voice of the folds of all the
cordillera. I strove to abandon her
and couldn’t. I drew near the mouth of
the crater trembling with that stone. Have
you seen the mouth of a crater? The black
depth offers itself adorned with ferns and moss
where birds rest. Irresistible
Eden of the return. To me
or to the stone to whom I wished cast,
objection of that rupture? No!, he cried out,
it’s not yet time and what’s done, is done. Soft
afternoon light in the southern cordilleras
a world with no name for what is its own and
tattooed by the names of what is other
What dread touched me in that instant I do
not know. Or was it what was sought, that
which made me go?: voice of the living stone

torn by becoming sign of
that integrated beauty of the blue
and green torrent: waterfalls of Petrohué

Oh Lady, wisdom is dumb
and the heart does not gain or lose a thing
There is no conquest of earth if to earth
alone, like a soul alone turns back
With the magic of the ancients I mark
an altar. Southern stones, and northern stones,
stones that speak of slopes or below
the water. To walk the earth and touch her
Mahatma Kiepja great soul, I have here your heritage

(From South, 1998)


The poems found here by Diana Bellessi were published in Tener lo que se tiene: Poesía reunida, edited by Sonia Scarabelli and Daniel García Helder (Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editores) in 2009.


Diana Bellessi was born in Zavalla, Argentina, in 1946, and lives in Buenos Aires. She is a poet, translator, and literary critic. Bellessi studied philosophy at the Universidad Nacional del Litoral, and from 1969 to 1975 she travelled by foot throughout the American continent. This journey, along with her country’s Dirty Wars that lasted from 1976–1983, deeply inform her work. For various years, Bellessi gave poetry workshops in prisons throughout Buenos Aires. Her numerous volumes of poetry include Destino y propagaciones (1972); Crucero ecuatorial (1980); Tributo del mudo (1982); Danzante de doble máscara (1985); Eroica (1988); Buena travesía buena ventura pequeña Uli (1991); El Jardín (1992); Crucero Ecuatorial. Tributo del Mudo (1994); The Twinsthe Dream (with Ursula K. Le Guin) (1996); Sur (1998); Gemelas del sueño (with U.K. Le Guin) (1998); Mate cocido (2002); La Edad Dorada (2003); La rebelión del Instante (2005); Variaciones de la luz (2006); and Tener lo que se tiene: Poesía reunida (2009). She has translated works by Ursula K. Le Guin, Denise Levertov, Adrienne Rich, and Olga Broumas, among others.

Anna Deeny Morales is a dramatist, translator of poetry, and literary critic. Original works for contemporary dance, theater, and opera include La straniera (1997); Tela di Ragno (1999–2002); Cecilia Valdés (2018); and La Paloma at the Wall (2019). Her one-act opera libretto, ¡ZAVALA-ZAVALA!: an opera in v cuts, recently commissioned by the University of North Carolina, Charlotte, and composer Brian Arreola, will debut in 2021. A 2018 National Endowment for the Arts recipient for the translation of Tala by Gabriela Mistral, Deeny Morales has translated works by Raúl Zurita, Mercedes Roffé, Alejandra Pizarnik, Nicanor Parra, Amanda Berenguer, Malú Urriola, and Marosa di Giorgio, among others. She received a PhD from the University of California, Berkeley, and has taught at Harvard University and Dartmouth College. She currently teaches at Georgetown University, and her book manuscript, Other Solitudes, considers transamerican dialogues on consciousness and poetry throughout the last century.